[..] Después de recibir las iniciaciones, aunque no seas un gran practicante, 
debes mantener la conexión respetando estos preceptos. 
Pero si logras conservar los sa­mayas intactos, después de la muerte, 
cuando vagues por el estado del bardo, 
poseerás las seis recolecciones: recordar al gurú, 
las instrucciones orales, la deidad yidam y demás. 
No obstante, alguien que daña y rompe sus compromisos de sa­maya, 
vivirá la experiencia de estar envuelto en una densa niebla, 
que será la causa de un gran desconcierto. 
En el bardo, no sabrá qué hacer, en qué creer o por dónde transitar. 
Sin duda, 
esta persona será incapaz de recordar qué es lo más importante en relación con las seis recolecciones.
Quizás no hayas hecho mucha meditación en la deidad yidam 
o tal vez no hayas realizado muchas recitaciones de mantras. 
Incluso así, 
si has mantenido una confianza sincera y no has roto tus samayas, 
puedes beneficiarte de la cuádruple libe­ración del mantra secreto en el bardo, 
y avanzar hacia caminos más elevados. 
Esta cuádruple liberación es la liberación por medio de ver, oír, recordar y tocar. 
Estas no son posibles para alguien que arroja los compromisos sagrados de los samayas a los vientos y 
exclama pretenciosamente: "Soy un meditador, tengo logros".
Las cuatro liberaciones dependen incuestionablemente de la pureza de los samayas. 

Por tanto, 
es mucho mejor ser un simple meditador que no ha violado su samaya,
aunque no se posea particularmente una visión elevada o una meditación profunda. 
Por medio de los compromisos de sus samayas intactos es capaz de viajar a lo largo del directo camino hacia la liberación del samsara y la completa iluminación.
Cuando miramos a nuestro alrededor, 
las consecuencias de las acciones de la gente y su preservación o 
quebrantamiento del samaya
no es algo que inmediata­mente sea visible.

Es posible que pensemos: 
¡Mis votos están íntegros e intactos; 
no he roto ninguno, soy puro y limpio, soy una persona virtuosa! 
Si seguimos con esta pretensión, 
seremos absolutamente incapaces de ver nuestras faltas. 
Pero, desafortunadamente, 
dañamos y violamos repetidamente los samayas. 
Necesita­mos darnos cuenta de nuestras faltas 
para ser capaces de ponerles un remedio; 
esto es importante.
Ten un poco de sentido común y piensa bien en esto. 

Comprende que los sa­mayas dañados te perjudicarán en tus vidas futuras. 
Para tratar con este tema tienes que darte cuenta de tus propios defectos, 
verdad Sin admitir ninguna falta personal, 

es como dice Yamgon Kongtrul en Llamando al lama desde lejos: 

"Aun­que mis faltas sean tan grandes como una montaña, 

las escondo dentro de mí. 

Aunque las faltas de los otros 
son tan pequeñas como una semilla de mostaza, 
las proclamo por doquier. 

Aunque no poseo ninguna buena cualidad, 
pretendo ser virtuoso". 

La mayoría de la gente cae en este defecto.
Gampopa también dijo:
"Cuando no practicas correctamente el darma, 
se con­vierte en una causa para volver a los reinos inferiores". 
Esto es muy cierto. 

Practicar el dharma correctamente quiere decir guardar puros los samayas, 
desarrollar devo­ción hacia aquellos que están en una posición más elevada 
y compasión hacia los que están por debajo, y ser siempre diligente en todo momento. 
El entrenamiento más alto es reconocer la joya que satisface todos los deseos, que es tu propia mente. 
Cuando hagas todo esto, serás capaz de cruzar con seguridad a través del bardo. 
Allí, por medio de la amabilidad de la cuádruple liberación, tendrás éxito en cruzar el bardo.
De lo contrario, una vez llegues al bardo no encontrarás a nadie con quien puedas ser pretencioso, 
puedas mentirle o engañarle.

Es igual que la metáfora del "espejo revelador" 
que claramente muestra todas tus acciones. 
El fracaso o el éxito en el bardo dependen en última instancia 
de la integridad de tus samayas. 
Aquellos que han guardado puros los samayas podrán, 
por medio de la liberación cuádruple anteriormente mencionada, 
escapar definitivamente de seguir vagando por los tres reinos inferiores.
Puedes tener un nivel muy elevado de visión y realización, 
puedes haber obtenido un cierto nivel de experiencia 
y poseer varios tipos de conocimientos supremos sin mácula, 
pero en el momento en que quebrantes tus samayas, 
siento decirte que vuelves a caer en picado otra vez. 
No hay otra salida, el camino del progreso queda obstruido.

Examina constantemente tus propios defectos. 
Ignora las faltas de los demás. 
Mantén lo siguiente: 

"¡Ya sean puros o incorrectos, no es asunto mío!". 

Sé tu propio maestro, 
mantén un estricto control sobre ti mismo. 

¡Eso es suficiente! 

Entonces,
no habrá ninguna oportunidad para que se cuele un solo error.
 
Por otro lado, quizás quieras ir a un lugar que en la tradición del sutra es co­nocido como el Infierno del Tormento Incesante y en la tradición del mantra se­creto como el Infierno Vajra. 
El único modo de llegar allí es rompiendo tus samayas. 
Incluso acciones malévolas corrientes muy negativas, 
no son suficientes para renacer en los infiernos vajra. 
No puedes ir allí a menos que quebrantes los samayas. 
Esta es la inflexible realidad de los samayas. 

Así pues, si quieres hacer una excursión a los infiernos vajra, 
primero tienes que romper de un modo dili­gente tus samayas, 
ya que ¡las faltas corrientes y obscurecimientos no son sufi­cientes para llevarte allí! [Rimpoché se ríe]. 

Entonces, conseguirás ver el Infierno Vajra,
junto con los otros Dieciocho infiernos que están incluidos gratuitamente en el lote. 
Pero si lo que quieres es visitar el Darmadatu de la tierra de buda Aka­nishta,
tienes que mantener los samayas con pureza. 
Esta es la autentica verdad en relación al hecho de guardar o romper los samayas.[..]