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[..] En el ensayo de Tulku Thöndup «The Terma Tradition» 
[Tulku Thöndup (1995),  
Enlightened Journey. Buddhist Practice as Daily Life, pp. 100-1. 
Boston y Londres, Shambhala] leemos:
«Muchos de los tertön, 
antes de que descubran terma alguna, 
parecen ser personas ordinarias y no necesariamente eruditos, meditadores o tulkus. 

Sin embargo, 
debido a sus logros espirituales internos y a las transmisiones que han recibido en vidas pasadas, 
repentinamente comienzan a descubrir termas místicas en el momento apropiado, 
sin necesidad de ningún entrenamiento aparente. 
Al comienzo, 
es frecuente que los escépticos declaren sus dudas con respecto a los descubrimientos 
hechos por personas tan inesperadas. 
En algunos casos, 
la forma naturalmente directa y honesta en que se manifiesta el tertön puede parecer anticonvencional 
e incluso maleducada a quienes tienen valores convencionales. 
Pero gradualmente, si se trata de verdaderos descubrimientos de termas, 
ellos se ganan el reconocimiento de las más elevadas autoridades espirituales y el respeto de la gente, 
a la cual benefician. 
Es importante comprender este contexto cultural, 
pues de otro modo se puede tomar a un gran tertön por un charlatán. 
Por ejemplo, 
es desafortunado que un autor occidental 
haya recientemente desacreditado a un gran tertön de la tradición ñingma 
citando críticas que a dicho tertön le hicieron 
algunos de sus detractores contemporáneos no calificados, 
y presentando el hecho de que el tertön haya expresado, 
por una parte, humildad y, por la otra, confianza en la realización, 
como si ello constituyese una contradicción, 
aunque esta forma de expresarse ha sido característica de los escritos de muchos sabios budistas.»  [..]
Nota 210. Parte I. Budismo
[..]Este no es el lugar para dar una descripción detallada de todos los tipos posibles de tesoros; 
para una explicación de extensión intermedia y otra más extensa, 
refiero al lector a dos textos específicos publicados en lenguas occidentales.
Como explicación «intermedia» de los tesoros o terma 
recomiendo en particular el ensayo de Tulku Thöndup
«The Terma Tradition», reproducido en Tulku Thöndup (1995),
Enlightened Journey. Buddhist Practice as Daily Life.
Boston y Londres, Shambhala. 
Photobucket
Para una discusión más extensa se puede consultar Tulku Thöndup (1986),
Hidden Teachings of Tibet. 
An Explanation of the Terma Tradition of the Nyingmapa School of Buddhism. 
Londres, Wisdom.[..]
Nota 223. Parte I. Budismo
Algunos links relacionados de entradas de otros blogs, 
información en las entradas y en los comentarios y links de los comentarios:
http://padmasambhavas.blogspot.com.es/2012/01/escoria-y-oro.html
http://padmasambhavas.blogspot.com.es/2011/01/maestros-e-impostores.html
http://marpamahamudra.blogspot.com.es/search/label/Maestro


[..] Un maestro de dzogchén enseña a sus alumnos a vivir sin leyes,
en base a la espontaneidad del estado de Rigpa o Verdad,
o si éste no está manifiesto,
a la llamada «presencia de la conciencia responsable» 
(cfr. el apéndice 
«El espejo: un consejo sobre la presencia y la conciencia responsable», 
en Norbu, Namkhai, 1986, español 1996, 
El cristal y la vía de la luz; Barcelona, Kairós)
Los señalamientos y afirmaciones de un maestro de dzogchén
surgen para romper en sus alumnos los límites
establecidos por la valorización-absolutización delusoria de los pensamientos,
que constituyen una cárcel mental,
y no tienen por objeto establecer un punto de vista filosófico
acerca de la realidad ni una serie de normas a seguir 
(de modo que muy bien puede ilustrárselos con las respuestas
que el maestro ch’an Ta-chu Hui-hai
dio a un maestro del tripitaka que intentó ridiculizarlo;
cfr. la nota 32 a la parte II de este libro). 
Sin embargo,
los discípulos no realizados del maestro transforman en ley todo lo que él dice
a fin de librarlos del aferramiento a las leyes y,
en general, permitirles superar la valorización-absolutización delusoria
—como presos que usaran las enseñanzas de alguien
que se hubiese introducido en la cárcel a fin de liberarlos,
para establecer un «culto de prisión»
que impidiese que nadie más se escapara de la cárcel. 
Un verdadero alumno no es un ciego,
y un verdadero maestro no es un perro para ciegos;
el verdadero maestro hace que los alumnos vean,
de modo que no dependan de él o ella, 
y el verdadero alumno es el que logra ver.
Si un maestro se comporta como un perro para ciegos 
es porque él o ella no ve —y,
cuando un ciego guía a otros ciegos, 
él y ellos caen juntos al abismo. [..]
Nota 182. Parte I. Budismo
[..] El samaya del dzogchén, 
exige continuar ininterrumpidamente en el estado de rigpa o Verdad
más allá de todo juicio y de todo tipo de dualismo.
 
Como señala Namkhai Norbu en 
La vía de autoliberación y nuestra total plenitud y perfección, 
mientras que en la vía tántrica 
se habla de diez principios esenciales que son:
 la transformación en la divinidad, 
el uso del mantra, los mudra, el samadhi, las ofrendas, 
el samaya y así sucesivamente, 

en la enseñanza dzogchén se habla de 
las «diez nadas» o «diez ausencias», 
que no es otra cosa que la negación 
de los diez principios esenciales del tantrismo. 

La enseñanza dzogchén niega el principio tántrico del samaya, 
no porque en ella no exista tal principio, 
sino porque su tipo de samaya 
es muy distinto del que existe en el tantrismo 
—y sobre todo porque cumplirlo 
implica encontrarnos en un estado libre de juicios, 
¡lo cual implica que no podemos emitir un juicio 
acerca de si estamos o no cumpliendo nuestro compromiso—. 

De hecho, el principio del samaya de la enseñanzas dzogchén 
se explica en términos de los «cuatro mepa»190 o «no hay»: 
(1) «no hay samaya»; 
(2) «Presencia no-dual ininterrumpida»;191 
(3) «Estado único», y
(4) «autoperfecto» o «lhundrub».192 

El primero es «mepa» o «no hay samaya» porque, 
a fin demantener ciertos preceptos, 
tendríamos que hacer funcionar el observador mental 
que juzga nuestra conducta, 
lo cual interrumpiría el estado de rigpa o Verdad 
que los otros tres principios nos obligan a mantener: 
como ha señalado Namkhai Norbu, 
estos tres pueden resumirse en la frase 
«siempre en la Presencia no-dual (del) estado único de Verdad y 
su autoperfección o lhundrub». 

Fue por estos mismos motivos que Tilopa
 dijo a Naropa 
a orillas del Ganges que :
«el samaya supremo se viola 
al pensar en términos de preceptos».

En el dzogchén cumplir con el samaya no es otra cosa, pues, 
que encontrarnos en el estado de rigpa o Verdad sin distraernos, 
e integrar todas las experiencias en dicho estado. 
Si no podemos evitarlo y nos distraemos, 
ello no significa que debamos sentirnos culpables 
por haber roto el samaya, 
pues sentir culpa también 
constituiría una violación del samaya 
en la medida en que implicaría 
la valorización-absolutización delusoria de un juicio: 
dicho samaya es «sin culpa» en la medida en que implica 
la superación del observador mental 
que juzga la conducta del individuo. 
El estado de rigpa o Verdad, como el espejo, 
se encuentra libre de la dualidad sujeto-objeto, 
del juicio de valor que aprueba o reprueba, 
de la aceptación y del rechazo. 

Sin embargo, 
ello no significa que debamos permitirnos la distracción; 
al notarla, 
tenemos que volver a la Presencia no-dual 
en el estado de rigpa o Verdad. 
Namkhai Norbu cuenta que una vez alguien preguntó 
al famoso maestro de dzogchén Iungtön Dorlle Pel
 en qué consistía su práctica, 
y éste contestó con el negativo «mepa» o «no hay».
Entonces su interlocutor volvió a preguntar asombrado
«¿entonces no meditas?», 
a lo que el maestro respondió 
«¿y cuándo estoy distraído? 

Esta es la esencia del samaya en la enseñanza dzogchén:
no meditar ni practicar algo con la mente y, 
sin embargo, jamás encontrarse distraído, 
pues se permanece ininterrumpidamente 
en la condición autoperfecta del 
estado único de rigpa o Verdad.

El hecho de que en el atiyana-dzogchén
el verdadero maestro sea el aspecto Visión o tawa de la vía, 
y de que el compromiso consista en encontrarse más allá del juicio
y por ende de pensar en términos de preceptos,
no significa que,
cuando el individuo no logre mantener la Contemplación
y en ella o él se manifieste la valorización-absolutización delusoria
no exista compromiso alguno con el maestro y c
on los otros practicantes.[..]

valga la redundancia:
El samaya del dzogchén, 
exige continuar ininterrumpidamente 
en el estado de rigpa o Verdad
más allá de todo juicio y de todo tipo de dualismo.
http://webdelprofesor.ula.ve/humanidades/elicap/es/Principal/Libros

[..] Hemos visto repetidamente que
la valorización-absolutización delusoria de los tres tipos de pensamientos
que describe la enseñanza se encuentra en la raíz de la tensión;

ahora bien, la forma en que esto tiene lugar merece una atención más detallada. 
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(1)   La valorización-absolutización delusoria de la Triple proyección de los 
« PENSAMIENTOS SUPER SUTILES»
(sujeto- acción -sujeto, etc..)
Produce la ilusión de un sujeto mental absolutamente
-          verdadero
-          valioso
-          importante
que parece ser:
-          distinto y
-          separado
de una serie de objetos igualmente
-          verdaderos
-          valiosos
-          importantes
y quien tiene una actitud específica hacia estos últimos
—la cual, estando basada en la ya mencionada ilusión de
-          verdad,
-          valor
-          importancia,

en todo momento implica
LA MANIFESTACIÓN DE TENSIONES.
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(2)   La valorización-absolutización delusoria de los
« PENSAMIENTOS SUTILES O INTUITIVOS»

produce la ilusión de un mundo constituido
por una pluralidad de substancias absolutamente
-          verdaderas
-          valiosas
-          importantes
las cuales pueden:
-          amenazar
-          beneficiar
-          al individuo,
quien se experimenta como una substancia igualmente:
-          verdadera,
-          valiosa
-          importante,
y en consecuencia se preocupa por su suerte
—lo cual, como es lógico,

NECESARIAMENTE IMPLICA TENSIONES.
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(3)   La valorización-absolutización delusoria de los
« PENSAMIENTOS BURDOS O DISCURSIVOS »
da lugar a nuestros errores conceptuales, que experimentamos como si fuesen
verdades absolutas
con un valor y
una importancia desmesurados
—lo cual implica la posibilidad de equivocarnos o de ser refutados por otros, perdiendo con ello nuestro prestigio e incluso la ideología de la cual derivamos una ilusoria seguridad, 
y,  EN CONSECUENCIA, PRODUCE TENSIONES.
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La valorización-absolutización delusoria y en general el funcionamiento de cada uno de los tres mencionados tipos de pensamientos está basado en la del anterior, de modo que, en última instancia, es la valorización-absolutización delusoria de la «triple proyección» la que se encuentra en la base de toda tensión.
De hecho, la tensión es concomitante con la ilusoria dualidad sujeto-objeto, ya que sólo puede haber tensión cuando dos entes aparentemente separados hacen fuerza en direcciones contrarias.
Por ejemplo, cuando dos grupos de individuos tiran de una cuerda en direcciones contrarias, ésta se tensa, y lo mismo sucede con los antebrazos y las manos de dos individuos que pulsean cuando éstos los empujan en direcciones opuestas.
La relajación total sólo se manifiesta cuando se rompe instantáneamente la valorización-absolutización delusoria de los pensamientos y con ello se disuelven de manera igualmente instantánea, como plumas que caen al fuego, la ilusión de valor, verdad e importancia de nuestros pensamientos en general y, en particular, la ilusoria dualidad sujeto-objeto que dimanaba de la valorización-absolutización delusoria de la «triple proyección».
Esto implica la ruptura de la «cuerda» constituida por las tensiones que nos mantenían «amarrados», y es lo que en el tekchö se designa como autoliberación: al rasgarse el tenso velo que ocultaba nuestra verdadera condición, se hace patente el estado de rigpa o Verdad, lo cual implica una relajación absoluta.
El tekchö, pues, no es otra cosa que la continuidad de la relajación total en el estado de Contemplación o de Presencia no-dual, y la disolución de la valorización-absolutización delusoria de los pensamientos cada vez que esta última se manifieste —con lo cual, como hemos visto, se rompen instantáneamente las tensiones inherentes a dicha valorización-absolutización delusoria—. 
Sucede que, aunque en el tekchö se trabaja sobre todo con los pensamientos burdos o discursivos, cada vez que se reConoce la verdadera esencia de un pensamiento, se disuelve la valorización-absolutización delusoria de la totalidad de los pensamientos —incluyendo la de la «triple proyección» que da lugar a la ilusión de una dualidad sujeto-objeto—. 
En consecuencia, vuelve a manifestarse la relajación absoluta que caracteriza el estado de Contemplación o Presencia no-dual —el cual, en tanto que superación de todo condicionamiento y de todo límite, constituye un estado de total libertad. [..]  
http://webdelprofesor.ula.ve/humanidades/elicap/es/Principal/Libros

[..] Por último, tenemos la autoliberación sin acción ni reacción,
a medida que la experiencia va surgiendo,
que es lo que se conoce como Rangdröl.
Lo que surge se va liberando a medida que surge,
como un dibujo hecho en el agua que desaparece a medida que se lo va dibujando.
Aquí no se requiere ni una acción intencional del sujeto ni una reacción espontánea de éste.
Lo que surge se libera por sí solo, sin que nadie tenga que liberarlo.
Somos como el espejo,
que refleja lo que se presente sin que se adhiera a él ni deje en él huella alguna,
de modo que lo reflejado se libera a medida que va apareciendo.
Puesto que ya no hay un sujeto mental que pueda ser perjudicado por lo que surja,
se dice que en este estadio las pasiones y todo lo que pueda surgir
son como un ladrón en una casa vacía.
El último de estos tres tipos de autoliberación 
constituye la forma más pura de este fenómeno 
y corresponde al estado mismo de realización. [..] 
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